Las grandes ligas, Ignacio Valiente

El deleite del cuento corto está en su capacidad de introducirnos en mundos posibles a través de tramas impactantes y que en su clímax nos den el golpe de nocaut, a decir de Cortázar, que nos deje en la lona. Y eso, sin dudas, lo sabe bien Ignacio Valiente, quien con su primer libro, Las grandes ligas (La Crujía), demuestra tanto su destreza en el género como su habilidad para narrar.

El realismo, lo fantástico, con algunos toques de realismo mágico e incluso algo de distopía, en el caso de los cuentos «Desiertas cosas», «Las invasiones» o «El adulto responsable», por ejemplo, discurren entre el drama y el humor, haciendo de esta colección de textos un lugar por el que transitamos fácilmente, lo que no quiere decir que lo hagamos sin tener que asumir compromisos.

A partir de personajes sencillos y cotidianos pero muy bien construidos, Valiente también se anima a temas complejos, como la demencia senil (en «Firma y aclaración») o la necrofilia (en «Los sábados y las chicas»), en tanto que propone, incluso, la experimentación en varios de los textos, aunque esto tal vez tenga su punto más alto en «That´s life», texto al cual la forma le da sentido.

La variedad de la que hablamos son el condimento fundamental a partir del cual Valiente elabora una amplia galería de relatos con una suerte de objetivo común: buscar (lográndolo) el impacto resolutivo, además de apuntar, en muchos casos, si no en todos, a las emociones, lo que logra especialmente a partir de las relaciones personales de sus personajes tanto con otras personas (o hasta con un perro, como en «El refugio») como con las situaciones que se les plantean.

Las grandes ligas, de Ignacio Valiente, consigue lo que se propone, tanto a nivel literario como y estamos hablando de lo literario y también de la intrínseca intención de los cuentos cortos: noquear en los primeros rounds.

Octubre 2023