Siete policiales recomendables

Partamos de un problema: si te gustan los policiales, entonces la lista es irreductible a la unidad. Entonces, cómo resumir todo lo que me gusta del género en un solo nombre. Así que, pido perdón, me deslizaré un poco de la consigna y no serán uno ni dos, sino tres autores a quienes me referiré, y como esto tiene su parte lúdica, lo haré en un pretendido orden creciente: de la primera echaré mano a una obra, del segundo a una bilogía y del tercero a una trilogía. Veamos.

1. La primera obra que quiero destacar es La muerte baja en el ascensor, de María Angélica Bosco, publicada en 1954. La leí por primera vez hace algunas décadas y me dejó boquiabierta la forma en que la trama se va complejizando, de manera que lo que parecía una historia simple y que no deparaba sobresaltos, de pronto se convierte en una caja de sorpresas. Más allá del estilo y de la narración en sí, es importante que esta novela, ya un clásico, es una gran representante del policial negro en nuestro país.


2. Como se había anticipado, la segunda estación le corresponde a una bilogía. Se trata de El enigma de París y Crímenes y jardines, de Pablo de Santis. La complejidad de estas novelas, las reconstrucciones espacio temporales (ambas historias se desarrollan a fines del siglo XIX) y la presencia de Sigmundo Salvatrio como detective narrador y protagonista contribuyen a una trama sin fisuras. Cometí la torpeza (o no tanto) de leer primero Crímenes y jardines, aunque eso no es significativo, por supuesto, de la mano de De Santis, puesto que, aunque hay personajes que reaparecen, cada trama es independiente, pero eso derivó en que cuando leí El enigma de París me tenté y nuevamente leí Crímenes y jardines... Así de sanitos andamos.


3. Y así llegamos a la trilogía de Irène, del francés Pierre Lemaitre, tres novelas en las que el detective es el comandante Camille Verhoeven y que andan entre el policial negro, el thriller y el realismo sucio (dejemos en claro que, en esta época, las fronteras entre géneros es cada vez más difusa, así que tomen la afirmación anterior sólo como una acotación para intentar definir un estilo, nada taxativo). En esta trilogía hay de todo: asesinos seriales, un detective que excede los límites de lo legal, xenofobia, violencia extrema y, lo mejor, intriga hasta el final.

Hasta acá llegamos, recordando nuevamente que esta lista es sólo un recorte contextual, es decir, si me lo preguntan de nuevo mañana, quizá la enumeración fuese otra.

Pero no me quiero ir sin tener la posibilidad de un BONUUUSSS TRACK...:

José Pablo Feinmann escribió lo que es, para mí, una de las mejores novelas policiales y de intriga de todos los tiempos: Últimos días de la víctima. Entramada en el contexto político, social y económico de la época (fue publicada por primera vez en 1979), en ella seguimos los pasos del asesino a sueldo Mendizábal.

No me extiendo más, sólo me queda decir que recomiendo estas lecturas y agradecer la invitación a elaborar una lista de libros que me dio gusto recordar.


Texto escrito a pedido de Evangelina Herrera Mosso y publicado

en el muro de Facebook del Centro Internacional del Libro.