El año en que debía morir, Natalia Moret

La angustia de la espera del resultado de una biopsia se conjuga con el aislamiento consecuencia de la pandemia de Covid y una edad en particular, los 42 años, para crear un relato que le sirve a Mariana Moret para reverse y revisarse en su nueva novela, El año en que debía morir (Penguin Random House).

A la misma edad en la que su madre murió de cáncer, la protagonista se encuentra a la espera de lo que un análisis determine para su futuro. La proximidad de la potencial fatalidad a la misma edad en la que falleció su madre, la mudanza casi obligada al campo por la situación sanitaria mundial son el disparador y la imposibilidad de escribir la llevan a un repaso de su vida, impregnado por los legados de las mujeres de su familia, y a la necesidad de expiar la muerte de su madre.

Con un tono intimista, con alegatos muy críticos de los roles asignados tradicionalmente a la mujer, en especial el de la maternidad (a la que desacraliza descarnadamente) y el del ama de casa (a la que define como la forma moderna de la esclavitud femenina) y con el relato de la cotidianeidad del aislamiento forzado, la novela es un alegato de la libertad individual y la necesidad de hallarse en una casa propia, aunque esa casa, como lo deja bien en claro, sea nada más que una mochila de viajera, llena de ropa que se irá descartando a medida que se ensucie.

La muerte, el miedo, el hastío, la furia y el amor se mueven con la misma fluidez en El año en que debía morir, una novela con la que Natalia Moret nos enfrenta al terror del vacío.

Septiembre 2022