Jugando en serio

"En cada parada del camino nos rodean la lucidez, la ternura y la ironía con las que se presentan los personajes y nos atraviesa el interrogante que vertebra los textos: ¿cuál es nuestro modo de estar en el mundo?", dice Susana Tarantuviez en uno de los prólogos de Cuando por primera vez me vi / Jugando en serio, el libro de Mabel Beatriz Albesa que hace unas semanas publicó Glifo.

Detengámonos primero en eso de "uno de los prólogos", que puede sonar raro, pero es que este libro tiene dos, porque se trata de un volumen reversible, se trata de dos libros en uno, y cada cual con sus características identitarias en cuanto a géneros y estilos y, por supuesto, con su prólogo.

Cuando por primera vez me vi (al cual pertenece el fragmento citado más arriba) incluye cuentos y relatos. Un fotógrafo que observa obsesionado a una vecina, una oficinista solitaria a pesar de todo, el loco del pueblo que por alguna razón se resiste a entrar a la iglesia, una mujer que se ve por primera vez al contemplar a una pantera. Esos son algunos de los personajes que protagonizan las historias que Albesa nos cuenta a través de tramas sencillas pero contundentes, lo que demuestra también un muy buen manejo del género de parte de la autora.

Con personajes muy bien construidos y anclados en situaciones cotidianas, Albesa pone bajo la lupa las certezas de nuestra cultura, mientras que la cuestión de género es un tema que atraviesa a ambos libros de manera directa o tangencial a lo largo de los textos.

Por su parte, Jugando en serio, como queda ya reflejado en el título, es más lúdico, en tanto Albesa parece experimentar todo el tiempo. Con textos que tienden puentes con leyendas y con autores de la literatura universal, la autora revisa y reversiona algunos, juega con otros, dialoga con ellos a través de variadas formas, dando como resultado un sólido collage literario.

Perderse en los laberintos que propone Mabel Beatriz Albesa en Cuando por primera vez me vi / Jugando en serio es una buena experiencia.

Agosto, 2021