Un muerto en el baúl, de Ariel Basile

Imaginate que, estando de vacaciones, un día te levantás y descubrís que alguien dejó en el baúl de tu auto un cadáver. Pero no cualquier cadáver, sino el de una persona a la que viste de casualidad una vez en tu vida, por lo que deducís que la situación es todo un mensaje.

En esa situación pone Ariel Basile a Juan, el protagonista de Un muerto en el baúl (Corregidor), y desde ese momento la novela corre y crece en tensiones en torno a los secretos que Juan guarda, a su intento de deshacerse del cuerpo inerte, en el descubrimiento de un pasado en el que un error se convirtió en su pesadilla.

Un tranquilo joven comienza su noviazgo un una chica que tiene una hermana melliza, y es el novio de esta (con quien luego su cuñada se pelea) quien lo introduce a la fuerza en negocios demasiado turbios.

Esta síntesis de la trama debería ser, junto el título, motivo suficiente como para embarcarse en la lectura de Un muerto en el baúl, una historia llena de tensiones: tensión de saber que hay un cadáver ahí, tensión ante la necesidad de desaparecerlo, tensión en la relación entre Juan y su excuñado, tensión entre el protagonista y la hermana de su esposa (ante lo que nunca alcanzamos a dilucidar cuáles son las intenciones de ambos), tensión entre Juan y su familia política, y la tensión más importante de todas, la de saber, por fin, quién era ese hombre que apareció muerto en el baúl de un auto y por qué lo dejaron justamente allí.

Un muerto en el baúl es una de esas historias que te atrapan y no te sueltan.

Agosto 2022