Huaco retrato, de Gabriela Wiener

"Un huaco puede ser cualquier pieza de cerámica prehispánica, hecha a mano, de formas y estilos diversos, pintada con delicadeza. [...] Pero de todos los huacos, el huaco retrato es el más interesante. Un huaco retrato es la foto carnet prehispánica", nos explica Gabriela Wiener en Huaco retrato (Literatura Random House), una novela en la que, a partir de la muerte de su padre, la protagonista, que es la misma autora, remonta su árbol genealógico en una búsqueda por saber quién es.

Tataranieta del explorador austríaco nacionalizado francés Charles Wiener, la narradora avanza en el intento de construcción de una identidad a partir de sus ascendientes y el legado que estos pudieran haber dejado en ella.

La novela está estructura en dos partes. En la primera, la protagonista viaja desde España (donde reside) a Perú (de donde es originaria), donde su padre acaba de fallecer. En la segunda, ya de regreso en España, profundiza el rastreo de las acciones de su tatarabuelo, el explorador que casi descubre el Machu Picchu y que llegó a la cumbre de la arqueología a partir de la muestra que se realizó en París con los 40.000 objetos andinos que, en nombre de la ciencia, trasladó de América a Europa.

Ambos contextos se convierten en los escenarios propicios para que la protagonista revise las vidas de su padre (quien mantuvo una familia paralela durante años) y su tatarabuelo (cuestionado por sus métodos poco científicos), estableciendo puentes entre sus propias actitudes y las infidelidades del primero y las imposturas del segundo, reparando en todos los casos en cómo la vida se mete en la literatura y viceversa.

Con una fuerte crítica al etnocentrismo europeo, al racismo científico del siglo XIX y a la expoliación de las culturas andinas en nombre de la ciencia, además de una revisión profunda de las estructuras familiares y el amor, Huaco retrato transcurre ágil, intensa y, por momento, con toques de mucha ironía.

Ante una crisis familiar y poniendo en cuestión su genealogía, tratando de establecer distancias necesarias y de salvar desiertos sentimentales, la protagonista busca encontrarse consigo misma desde lo que lleva como herencia en su sangre, hasta arribar a un cuestionamiento fundacional: "¿Cuántos abandonos llevamos como información en las células?". Y también construirse a sí misma, ser un huaco retrato moldeado por sus propias manos.

Leer a Gabriela Wiener es una experiencia vertiginosa que nos desafía al vacío desde cada frase.

Junio 2022